Confinamento. A palavra já de si é horrorosa. A prática depende. Tem dias. É verdade que estar em casa não me custa por aí além: tenho que fazer e estou habituado. O que me custa é não poder ir àqueles sítios de que tanto gosto, à «minha Palma»: Bar Rita, Ca na Chinchilla, Bodega Can Rigo, Lo Divino, Café Santa Fé... Os nomes desfilam como um terço nas mãos de uma velhinha. Isso e esta sensação de que tudo isto não serve para nada senão para aplacar a vox populi. Até Boris Johnson, de quem já gostei muito menos cedeu. Resistem a Holanda e a Suécia, a Suíça - parcialmente - e talvez mais um ou dois, não sei. No fim veremos quem teve razão. Aqui em Espanha começou há duas semanas e os casos continuam a aumentar. Em Itália idem, mas começou há mais tempo. Ainda por cima, não só vamos pedir dinheiro como ainda insultamos aqueles a quem o pedimos.
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Denúncias, insultos, injunções para ficar em casa: o pior do homem está muito perto da superfície. Um vírus chega para a arranhar. Enfim, o medo que o segue, como um menir atrás do Obélix. O medo é detestável, sobretudo por ser tão necessário. É como aqueles venenos que só o são em grandes doses. Em pequenas curam. O meu fascismo não é o mesmo do dos antifas, mas nesse ponto dou-lhes razão: ele anda aí.
.........
Dia de limpezas domésticas. A casa é pequena, mas mesmo assim confima-se a velha ideia de que nada nunca na vida valerá uma boa mulher a dias.
.........
Ainda por cima está frio de rachar. O maldito aquecimento global nunca anda por onde eu estou.
........
Para terminar, Alejandra Pizarnik.
«El despertar
A León Ostrov
Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y se ha volado
y mi corazón está loco
porque aúlla a la muerte
y sonríe detrás del viento
a mis delirios
Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo
Ya no baila la luz en mi sonrisa
ni las estaciones queman palomas en mis ideas
Mis manos se han desnudado
y se han ido donde la muerte
enseña a vivir a los muertos
Señor
El aire me castiga el ser
Detrás del aire hay monstruos
que beben de mi sangre
Es el desastre
Es la hora del vacío no vacío
Es el instante de poner cerrojo a los labios
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres
ahorcados en la nada.
Señor
Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada
Señor
He consumado mi vida en un instante
La última inocencia estalló
Ahora es nunca o jamás
o simplemente fue
¿Cómo no me suicido frente a un espejo
y desaparezco para reaparecer en el mar
donde un gran barco me esperaría
con las luces encendidas?
¿Cómo no me extraigo las venas
y hago con ellas una escala
para huir al otro lado de la noche?
El principio ha dado a luz el final
Todo continuará igual
Las sonrisas gastadas
El interés interesado
Las preguntas de piedra en piedra
Las gesticulaciones que remedan amor
Todo continuará igual
Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo
porque aún no les enseñaron
que ya es demasiado tarde
Señor
Arroja los féretros de mi sangre
Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón
Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niña
es decir ayer
es decir hace siglos
Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y ha devorado mis esperanzas
Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
Qué haré con el miedo
La carencia
Yo no sé de pájaros,
no conozco la historia del fuego.
Pero creo que mi soledad debería tener alas.
El miedo
En el eco de mis muertes
aún hay miedo.
¿Sabes tú del miedo?
Sé del miedo cuando digo mi nombre.
Es el miedo,
el miedo con sombrero negro
escondiendo ratas en mi sangre,
o el miedo con labio muertos
bebiendo mis deseos.
Sí. En el eco de mis muertes
aún hay miedo.»
............
Denúncias, insultos, injunções para ficar em casa: o pior do homem está muito perto da superfície. Um vírus chega para a arranhar. Enfim, o medo que o segue, como um menir atrás do Obélix. O medo é detestável, sobretudo por ser tão necessário. É como aqueles venenos que só o são em grandes doses. Em pequenas curam. O meu fascismo não é o mesmo do dos antifas, mas nesse ponto dou-lhes razão: ele anda aí.
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Dia de limpezas domésticas. A casa é pequena, mas mesmo assim confima-se a velha ideia de que nada nunca na vida valerá uma boa mulher a dias.
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Ainda por cima está frio de rachar. O maldito aquecimento global nunca anda por onde eu estou.
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Para terminar, Alejandra Pizarnik.
«El despertar
A León Ostrov
Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y se ha volado
y mi corazón está loco
porque aúlla a la muerte
y sonríe detrás del viento
a mis delirios
Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo
Ya no baila la luz en mi sonrisa
ni las estaciones queman palomas en mis ideas
Mis manos se han desnudado
y se han ido donde la muerte
enseña a vivir a los muertos
Señor
El aire me castiga el ser
Detrás del aire hay monstruos
que beben de mi sangre
Es el desastre
Es la hora del vacío no vacío
Es el instante de poner cerrojo a los labios
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres
ahorcados en la nada.
Señor
Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada
Señor
He consumado mi vida en un instante
La última inocencia estalló
Ahora es nunca o jamás
o simplemente fue
¿Cómo no me suicido frente a un espejo
y desaparezco para reaparecer en el mar
donde un gran barco me esperaría
con las luces encendidas?
¿Cómo no me extraigo las venas
y hago con ellas una escala
para huir al otro lado de la noche?
El principio ha dado a luz el final
Todo continuará igual
Las sonrisas gastadas
El interés interesado
Las preguntas de piedra en piedra
Las gesticulaciones que remedan amor
Todo continuará igual
Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo
porque aún no les enseñaron
que ya es demasiado tarde
Señor
Arroja los féretros de mi sangre
Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón
Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niña
es decir ayer
es decir hace siglos
Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y ha devorado mis esperanzas
Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
Qué haré con el miedo
La carencia
Yo no sé de pájaros,
no conozco la historia del fuego.
Pero creo que mi soledad debería tener alas.
El miedo
En el eco de mis muertes
aún hay miedo.
¿Sabes tú del miedo?
Sé del miedo cuando digo mi nombre.
Es el miedo,
el miedo con sombrero negro
escondiendo ratas en mi sangre,
o el miedo con labio muertos
bebiendo mis deseos.
Sí. En el eco de mis muertes
aún hay miedo.»
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Não prometo responder a todos os comentários, mas prometo que fico grato por todos.